Cuidados de Enfermería y Psiquiatría
Todo niño que es hospitalizado, de entrada y al igual que la familia, siente angustia, ansiedad, temor a lo desconocido, intranquilidad, inseguridad y temor a la muerte. A ello se añade un componente más, el aspecto académico, ya que si la enfermedad se prolonga en el tiempo, por padecer una enfermedad crónica (niños con asma, diabéticos, celíacos, epilépticos, niños con leucemia, deficientes psíquicos, etc.), sienten temor por perder el curso. Ha dejado su medio natural en el que se desenvuelve, su familia, amigos, para entrar en un nuevo universo estresante en el que todo es distinto tanto el medio que le rodea (hospital, pasillos, habitaciones) como las personas con las que tiene que relacionarse (médicos, enfermeras, niños enfermos como él, etc.).
La reacción de éstos, sin embargo, no siempre es la misma, dependiendo de su personalidad. Para algunos, los considerados dentro del grupo de los dependientes, lo más fácil es refugiarse en el calor familiar:
Pretenden una atención permanente por parte de todos, con la pretensión de superar esa sensación de malestar que les embarga; y los padres apoyan esta reacción. En cambio otros adoptan una conducta desafiante ante la enfermedad, sin tener en cuenta el riesgo que entraña su situación. Finalmente, aquellos otros niños que se muestran retraídos, distantes de todos, debido a que su enfermedad ha sido causa de que la familia los haya alejado de todos, ocultando a los ojos foráneos la situación en la que se encuentra.
Impacto Emocional

El efecto que producen algunas noticias en nuestro ánimo puede ser tan intenso como un choque fuerte.
Se trata de una noticia dolorosa, normalmente repentina e inesperada. Con estos ingredientes lógico que tengamos una convulsión interior de gran intensidad.
Los psicólogos han estudiado el efecto que produce el impacto de tipo emocional. Supongamos, que alguien recibe una noticia: un médico le anuncia que tiene cáncer inicialmente se queda en shock. A continuación, se siente miedo y confusión.
De tres a seis años los niños pueden tolerar separaciones más largas por los que pueden esperar sin tanta angustia a que sus necesidades sean satisfechas pero también debemos de tener en cuenta que la enfermedad pueda hacer que vuelvan a etapas más infantiles y ser necesario la presencia de la figura de apego para poder contener la ansiedad. Es en este periodo de desarrollo en el que el cuerpo es importante y puede que se sientan indefensos frente a las diferentes pruebas y tratamientos médicos.
El niño que sufre una enfermedad prolongada y grave siempre va a tener progresivamente conciencia clara de inminencias de propia muerte.
Las conductas negativas, que podemos considerar, de inicio, como normales, no deben prolongarse en el tiempo ni de intensidad dependiendo, como hemos visto, de una serie de variables que marcan un poco la tónica de porqué se producen.
La edad del niño hospitalizado, ya que no es la misma la situación anímica de un niño de corta edad, mas apegada a sus padres y, que por lo tanto, esta mas abierto a sufrir las mismas tensiones de ansiedad y miedos que los padres, que un niño adolescente que tiene un mayor control de sus emociones. Posteriormente es prevenible tener un sentimiento de derrota o de culpa. Incluso es muy probable que se tenga la idea de padecer una injusticia. Todos estos impactos emocionales y en ocasiones se necesitan la ayuda de un especialista para ayudarlo.

Hospitalización Infantil

Es importante, mientras el niño esté hospitalizado, que reciba todo el apoyo necesario para que se recupere lo antes posible, y que vuelva a su vida habitual. Si tienes algún hijo en esta situación, ayúdale. Para eso, tenemos algunos pequeños consejos:
1- Habla con tu hijo sobre su enfermedad, aclarando sus dudas. Eso le quitará cualquier preocupación con lo que puede ocurrirle en el hospital, y le dejará más tranquilo. Si el niño se siente seguro, irá se adaptar mejor a cualquier situación.
2- Aunque esté en un hospital, no dejes de jugar con tu hijo. A través del juego, los niños pueden expresar sus miedos y temores. Propóngale hacer dibujos, a conocer el material médico (jeringas, esparadrapo, etc.), y a la vez podrá charlar con él acerca de su recuperación. 
3- Ayuda a tu hijo a curarse, participando siempre en los cuidados médicos. Puedes cambiarle algún vendaje, caminar un rato con él por el pasillo del hospital, ayudarle a hacer ejercicios de rehabilitación, y lo que necesite. 
4- Lleva algunos libros o revistas a tu hijo. Lea cuentos para él, y luego ejercite la interpretación del texto para que él se distraiga. Los juegos de mesa también son muy buenos para olvidarse de la rutina.
5- Si el personal médico lo permite, invita a que algunos amigos de tu hijo venga a visitarlo al hospital. El niño vivirá momentos entrañables con sus amigos. 
6- Si la estancia en el hospital es larga, anima a tu hijo con un regalo sorpresa, principalmente en los días en que notes que él se encuentra más desanimado. 
7- Es importante que el niño no se sienta sólo o aislado. La familia es un factor importante en su recuperación. Potencia la comunicación de tu hijo con los demás miembros de la familia, a través de visitas, de cartas, del teléfono, etc. 
8- Crea una agenda diaria de todas las actividades que tendrá que desarrollar tu hijo en el hospital. El niño seguirá las normas con más facilidad y seguridad.
Ejemplo: hora del desayuno, de analíticas, del almuerzo, de juego, de lectura, de dormir, etc. 
9- Ten mucha paciencia y tolerancia con tu hijo. No olvides de que él está viviendo una situación diferente, y seguramente eso repercutirá en su carácter, en su forma de comportar. Apóyale y demuestra todo el amor que siente por él, en los buenos y en los malos momentos. 


Infancia y Discapacidad
Infancia y discapacidad, infancia con discapacidad, representan dos circunstancias que requieren una especial atención por parte de la sociedad Abordar la situación de la infancia y la discapacidad precisa valorar la situación actual desde una perspectiva histórica. Así mismo, la situación respecto a los derechos de la infancia y los discapacitados y su reconocimiento y la forma en que se desarrolla su aplicación a través de los diferentes Planes y Programas informan acerca de las respuestas que la sociedad da a los niños y sus necesidades y son un elemento fundamental en la comprensión de la situación actual de la atención a la infancia con discapacidad.
 Apuntes históricos El trato que se ha dispensado a los niños, niñas y adolescentes no ha sido uniforme ni en todas las épocas ni en todas las culturas, entre otras razones porque tampoco ha sido uniforme la posición otorgada explícita o implícitamente a los niños, ni tampoco ha sido similar la duración de la niñez. Obsérvese, por ejemplo, que en tiempos no muy lejanos la niñez se concebía sólo como una etapa previa a la vida adulta, cuyo sentido consistía exclusivamente en ser una preparación o una propedéutica para la vida propia de los mayores. Había que utilizar y aprovechar la infancia para “convertirse en hombres de provecho”. Tampoco están demasiado lejos los tiempos en los que se consideraba que a los 12 años los humanos estaban suficientemente preparados para incorporarse a la vida laboral.
El niño frente a la enfermedad
La muerte es una situación de gran dolor para una familia. En términos generales nos torna vulnerables, quiebra proyectos de vida y nos obliga a una reestructuración profunda.

Muchos niños viven este proceso a través de la pérdida de uno de sus padres. Quien lo sobrevive suele ser quien informa a sus hijos, sin embargo pocos se sientes capaces de hacerlo "bien". Muchos tardan días y hasta meses, mientras tanto, la explicación de donde está el padre fallecido es poco clara; "va a estar en el hospital", "se fue a un largo viaje".
Los niños y la muerte 
La idea que los niños tienen sobre la muerte y la forma de enfrentarla se modifica con la edad. Así:
0 a 2 años: Desconocen el concepto de muerte, sin embargo perciben la ausencia de su padre o madre. Son capaces de responder a cambios de rutina, de cuidadores y al caos familiar.
Viven un duelo y lo manifiestan a través de conductas de protesta, desesperación y desapego.

3 a 5 años: Apoyados en su pensamiento mágico y egocéntrico ven a la muerte como temporal y reversible, similar a dormir. Perpetúan la relación a través de rezos, cartas y conversaciones con el fallecido. En este sentido, quien ha fallecido "está en el cielo", y por lo tanto desean escribir y visitarle.
Son frecuentes las preguntas: "¿Puede comer?, ¿Cómo respira debajo de la tierra?, ¿Va al baño?, ¿Me escucha?, ¿Cómo puede estar al mismo tiempo en la tumba y en el cielo?".
6 a 8 años: La muerte se interpreta como un castigo, es como un "personaje" que te atrapa. En este sentido, logran identificarla como un hecho irreversible pero no universal, o sea no afecta a todos..
Ante la muerte, es frecuente que se cuestionen que tan segura es la vida, y por lo tanto, suelen surgir preguntas como "¿Tú también te vas a morir?"
A esta edad hacen preguntas que pueden parecer morbosas a los adultos y que pueden motivar la consulta médica: "¿Me puedo quedar con la tele del papá?, ¿y qué pasa con el cuerpo?, ¿se pudre?, ¿y cuánta sangre le salió?".

9 a 12 años: Se adquiere la concepción adulta de la muerte; final, irreversible y universal. Pese a que comprenden el proceso biológico de la muerte, la viven como un hecho lejano para ellos y como un castigo por malos comportamientos. Destaca, a esta edad, mayor dificultad para comenzar hablar del tema y una alta dependencia del padre sobreviviente.

13 a 18 años: Pese a que perciben a la muerte como más cercana, enganchan con actividades de alto riesgo adoptando una actitud "inmortal". A esta edad se adquiere el interés "social" por la muerte y sus ritos.
El niño que sufre una enfermedad prolongada o grave, siempre va a tener progresivamente conciencia clara de la inminencia de la propia muerte. 

Las conductas negativas que pueden producir son:
·       El tiempo de Hospitalización, ya que a medida que pasan los días, se convertirá en uno de los factores mas negativos para la estabilidad emocional del niño, ya que al sentirse lejos de su mundo, de sus amigos de su ambiente entre familiares, el grado de ansiedad es mayor.
·       Contar con un diag. O estar en la espera del mismo, hay ocasiones en las que el niño al ser ingresado, no cuenta con un diag. preciso. En estas ocasiones el niño se siente nervioso e inseguro.
·       El tipo de patología, no es la misma situación a la que enfrenta un niño que ingresa con un problema de trauma o quirúrgico, por ejemplo, un niño que tiene una enfermedad crónica y un niño que tiene cáncer,  
En la enfermedad crónica se salva y en el cáncer terminal no. ¿Por qué? Porque, la enfermedad crónica abarca sobre los 2 o 6 meses y es posible salvarse y la enfermedad terminal “Cáncer” ya no.
Apoyo psicológico

El dolor por la pérdida de un ser querido se siente a cualquier edad, también en la infancia.
La mayoría de los adultos no saben cómo actuar para ayudar a sus hijos o niños/as y jóvenes a su cargo y a veces equivocadamente, padres y adultos suelen evitar mostrar sus sentimientos.
Hablan poco o nada del tema sin darse cuenta de que con su comportamiento enseñan a los niños/as a actuar igualmente, por lo que acallarán también sus sentimientos.
Se dedica al diagnostico y tratamiento de comportamientos, pensamientos y emociones que presentan los niños encontrando dificultad para desenvolverse en su vida diaria, para que estos niños puedan desarrollar sus capacidades y consiguen separar sus conflictos a través de técnicas psicológicas.
El mejor apoyo psicológico es hablar con sus niños y decirles lo que está pasando sin que ellos lleguen a mostrar angustia. Si ponemos esto en práctica nuestro niño que padece de una enfermedad terminal puede mejor su autoestima solo si lo hacemos de una manera bien ya sea diciéndole como va a pasar su tratamiento y decirle que se va a mejorar pronto y que tiene muchos juguetes con los que jugar, primos que ver, viajes a Disney  etc…

El anciano ante la enfermedad



Delirio: Es una confusión grave y repentina debido a cambios rápidos en la actividad cerebral que ocurren con enfermedad física o mental.
El delirio es causado con mayor frecuencia por enfermedad física o mental y, por lo general, es temporal y reversible. Muchos trastornos lo causan.  Con frecuencia, las afecciones son las que no le permiten al cerebro recibir oxígeno u otras sustancias.
Las causas abarcan:
·         Abstinencia de alcohol o de sedantes
·         Drogadicción
·         Desequilibrios de electrólitos u otros químicos corporales
·         Infecciones tales como las infecciones urinarias o la neumonía (más probable en personas que ya tienen daño cerebral por  accidente cerebro vascular o demencia)

Demencia: La demencia es un proceso del deterioro patológico de la inteligencia que trae por consecuencia un déficit en las actividades de auto cuidado y en el funcionamiento social y laboral. Para su diagnóstico es ideal contar con un grupo interdisciplinario que permita tener al tiempo, varias personas calificadas aportando su concepto sobre el paciente.

Las habilidades de la función mental más afectadas con este síndrome son: el lenguaje, la memoria, la percepción, el comportamiento emocional y de personalidad, y las habilidades cognitivas como el cálculo, el pensamiento abstracto o la capacidad de discernimiento.

Deterioro cognitivo leve: ligeros problemas con el pensamiento y la memoria que no interfieren con las actividades cotidianas, además, con frecuencia las personas son conscientes del olvido.

Síntomas tempranos de demencia: problemas con el lenguaje, empiezan a extraviar algunos artículos, se pierden en rutas familiares y van dejando a un lado cosas que antes les interesaban. Adquieren un estado de ánimo indiferente, se les dificulta realizar tareas que exigen poco pensamiento como participar en juegos o aprender una nueva información.

Demencia severa: no pueden entender el lenguaje, no reconocen a miembros de la familia ni llevan a cabo actividades cotidianas como comer y vestirse.

Depresión: La depresión es una enfermedad mental. Es un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante semanas o por más tiempo. La depresión en los ancianos es un problema generalizado, pero no es una parte normal del envejecimiento. Con frecuencia, no se reconoce ni recibe tratamiento.


Causas
En los ancianos, los cambios en la vida pueden incrementar el riesgo de depresión o llevar a que la depresión existente empeore. Algunos de estos cambios son:
·         Mudanza del hogar, como por ejemplo a un centro de la tercera edad
·         Dolor o padecimiento crónico
·         Hijos que dejan el hogar
·         Cónyuge y amigos cercanos que mueren
·         Pérdida de la independencia (por ejemplo, problemas para cuidarse sin ayuda o movilizarse)
Apoyo psicológico al anciano

Le brindamos apoyo psicológico al anciano hablando con él, preguntándole mucho sobre todo, que hay de su vida, y sus hijos. Buscar la manera de que él se encariñe primero contigo para que luego él se libere a contarte lo que le preocupa.
No debemos juzgarlo  no por color o por raza, ya que son personas de la tercera edad y a veces no saben ni manejarse por sí mismos.
A los ancianos se les brinda mucho apoyo más cuando están en el Acilo de Anciano, porque las familias los botan y lo dejan en la calle.
Sabemos ya que los ancianos no se valen por si solos sino que necesitan de ayuda de sus parientes o si están hospitalizados de las enfermeras en cualquier caso para brindarle apoyo psicológico ya sea si esta en depresión o si le está dando mente a algún problema. 

Enfermo Crónico

Las afecciones de larga duración y por lo general, de progresión lenta.1 No hay un consenso acerca del plazo a partir del cual una enfermedad pasa a considerarse crónica; pero por término medio, toda enfermedad que tenga una duración mayor a seis meses puede considerarse como crónica.

Las enfermedades crónicas no se distribuyen al azar sino que se ven más frecuentemente en determinadas personas, familias y comunidades, como consecuencia de diversos factores que interactúan con un perfil genético vulnerable.3 Determinantes claves son la falta de educación formal, la pérdida de expectativas sociales y personales, y los hábitos de vida perjudiciales para la salud.


El término "crónico", del griego Χρονος (Chronos): «dios del tiempo», como su etimología lo indica, se refiere al tiempo de evolución de la enfermedad, pero nada dice acerca de su gravedad. Hay enfermedades crónicas sin gravedad alguna, como la rinitis crónica, y otras potencialmente muy graves, como la arterioesclerosis.
Cuando a una enfermedad se le pone el adjetivo crónica, se suele tratar de una enfermedad no curable salvo raras excepciones (por ejemplo la insuficiencia renal crónica es curable con el trasplante renal, algunos tipos de asma —sobre todo en la infancia— acaban curando, las hepatitis crónicas de origen vírico pueden curar con tratamiento antiviral).
Características del enfermo crónico
1.   Padecimiento Incurable: permanente e irreversible con periodos de remisión y recaídas.
2. Multicausalidad o plurietiologia: están asociadas a diversos factores químicos, físicos, ambientales, socioculturales, muchos de ellos relacionados con el modo de vida y el trabajo. En las enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, intervienen múltiples causas: tabaco, hipercolesterolemia, hipertensión, estrés, etc.
3. Multiefectividad: un factor de riesgo puede producir múltiples efectos sobre distintos problemas de salud. Por ejemplo, el tabaco puede producir cáncer de pulmón, EPOC, enfermedad cardiovascular.
4. No Contagiosas: no están producidas por agentes microbianos, por lo tanto no pueden transmitiese.
5. Incapacidad Residual: dejan secuelas psicofísicas y, por tanto, disminuyen la calidad de vida.
6. Rehabilitación: requieren entrenamiento específico del paciente y de su familia para asegurar su cuidado y una estrecha colaboración y supervisión del equipo de cuidados.
7. Importancia Social: determinada por las tasas de mortalidad y la repercusión socioeconómica, incapacidades en la población activa y gasto sanitario que generan.
8. Prevenibles: tanto a nivel primario, mediante la modificación de determinados factores, como a nivel secundario, mediante su detección precoz.
9. Sentimientos de pérdida: se generan en el paciente respecto a su vida anterior.

Necesidades del enfermo crónico
·       Reacciones de huida o negación: niega su diagnostico en la medida en que su enfermedad es mas asintomática.
Esto quiere decir que hay pacientes que no asimilan su enfermedad y lo llevan a la negación para ni pensar en eso o sino que no se detienen a aceptar su patología.  Hay veces que hasta huyen para que no le den el tratamiento necesario para aliviarse.
·       Reacciones de agresión o rechazo activo: raramente expresa su agresividad.
Este paciente no expresa emociones ya que es encerrado y callado, también puede rechazar cualquier visita o entrevista por o saber expresarse.
·       Reacciones de racionalización: el paciente apoya su conducta en argumentos o razones. Reinterpretan su enfermedad para justificar su conducta.
Este paciente sabe que enfermedad tiene y   sus síntomas, es muy astuto en base a su patología.
Apoyo psicológico al enfermo crónico

Le brindamos apoyo psicológico al enfermo crónico cuando el se siente vacio y solo/a ya que esta pasando por un proceso de tratamiento. Debemos tener en cuenta como se sienta el paciente después o antes de una enfermedad crónica.
Si ya paso por Cirugía le tenemos que dar apoyo psicológico para su recuperación y decirle que se tiene que recuperar pronto porque tiene hijos que cuidar o brindarle amor o que tiene nietos que ver.
Y si no ha pasado por cirugía le tenemos que brindar mucho apoyo psicológico, ya sea diciéndole que él/ella tiene una familia, hijos, nietos, sobrinos, etc... Que no puede caer en esa etapa.
El apoyo de las personas más allegadas, y el que estas hagan caso para que el otro se sienta mejor y se recupere de su dolencia o enfermedad, para el enfermo la enfermedad se vuelve más dura y mas desmoralizante se puede llegar a perder la esperanza de estar bien algún día.





La familia frente la enfermedad


La familia es el pilar más importante de la vida de cualquier persona. Cuando uno de sus miembros atraviesa por una enfermedad como la diabetes o el cáncer, su función es proporcionarle fortaleza emocional y ayudarlo a convivir con el padecimiento de la mejor manera.
El impacto que provoca la noticia de un familiar enfermo es muy profundo y en muchas ocasiones es recibida en forma dramática.
El familiar se encarga de dale fortaleza y apoyo al paciente para que se supere y se mejore.
Hay familiares que solo buscan al otro cuando este ya está padeciendo de una enfermedad terminal.
Hay que entender que nuestras familias la apoyamos desde el principio no desde el final ya cuando no hay remedio.

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